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Los Caprichos es una serie de 80 grabados publicados en 1799 en los que Goya critica los abusos políticos, sociales y religiosos de la época. En esta serie de grabados, Goya utilizó en gran medida la popular técnica de la caricatura, que enriqueció con innovaciones artísticas. El uso por parte de Goya de la recién desarrollada técnica del aguatinta (es decir, un método para grabar una plancha de impresión de manera que se puedan reproducir tonos similares a las aguadas de la acuarela[4]) dio a Los Caprichos efectos tonales pronunciados y un contraste animado que los convirtió en un logro importante en la historia del grabado.

De las 80 aguatintas, la número 43, “El sueño de la razón produce monstruos”, puede considerarse como el manifiesto personal de Goya; muchos observadores creen que Goya pretendía representarse a sí mismo dormido entre sus útiles de dibujo, con la razón embotada por el sueño, acosado por criaturas que merodean en la oscuridad. Las criaturas que aparecen en esta obra se asocian a menudo en la tradición popular española con el misterio y el mal; los búhos que rodean a Goya pueden ser símbolos de la locura, y los murciélagos que pululan pueden simbolizar la ignorancia. El título de la estampa, tal y como se indica en el anverso del escritorio, suele leerse como una proclamación de la adhesión de Goya a los valores de la Ilustración: sin la razón, el mal y la corrupción prevalecen[5] Goya también incluyó un pie de foto para esta estampa que puede sugerir una interpretación ligeramente diferente: “La imaginación abandonada por la razón produce monstruos imposibles; unida a ella, es la madre de las artes y fuente de sus maravillas”. Esto implica que Goya creía que nunca se debía renunciar completamente a la imaginación en favor de lo estrictamente racional, ya que la imaginación (en combinación con la razón) es lo que produce las obras de innovación artística[2].

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Los Caprichos es una serie de 80 grabados publicados en 1799 en los que Goya critica los abusos políticos, sociales y religiosos de la época. En esta serie de grabados, Goya utilizó en gran medida la popular técnica de la caricatura, que enriqueció con innovaciones artísticas. El uso por parte de Goya de la recién desarrollada técnica del aguatinta (es decir, un método para grabar una plancha de impresión de manera que se puedan reproducir tonos similares a las aguadas de la acuarela[4]) dio a Los Caprichos efectos tonales pronunciados y un contraste animado que los convirtió en un logro importante en la historia del grabado.

De las 80 aguatintas, la número 43, “El sueño de la razón produce monstruos”, puede considerarse como el manifiesto personal de Goya; muchos observadores creen que Goya pretendía representarse a sí mismo dormido entre sus útiles de dibujo, con la razón embotada por el sueño, acosado por criaturas que merodean en la oscuridad. Las criaturas que aparecen en esta obra se asocian a menudo en la tradición popular española con el misterio y el mal; los búhos que rodean a Goya pueden ser símbolos de la locura, y los murciélagos que pululan pueden simbolizar la ignorancia. El título de la estampa, tal y como se indica en el anverso del escritorio, suele leerse como una proclamación de la adhesión de Goya a los valores de la Ilustración: sin la razón, el mal y la corrupción prevalecen[5] Goya también incluyó un pie de foto para esta estampa que puede sugerir una interpretación ligeramente diferente: “La imaginación abandonada por la razón produce monstruos imposibles; unida a ella, es la madre de las artes y fuente de sus maravillas”. Esto implica que Goya creía que nunca se debía renunciar completamente a la imaginación en favor de lo estrictamente racional, ya que la imaginación (en combinación con la razón) es lo que produce las obras de innovación artística[2].

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Los Caprichos es una serie de 80 grabados publicados en 1799 en los que Goya critica los abusos políticos, sociales y religiosos de la época. En esta serie de grabados, Goya utilizó en gran medida la popular técnica de la caricatura, que enriqueció con innovaciones artísticas. El uso por parte de Goya de la recién desarrollada técnica del aguatinta (es decir, un método para grabar una plancha de impresión de manera que se puedan reproducir tonos similares a las aguadas de la acuarela[4]) dio a Los Caprichos efectos tonales pronunciados y un contraste animado que los convirtió en un logro importante en la historia del grabado.

De las 80 aguatintas, la número 43, “El sueño de la razón produce monstruos”, puede considerarse como el manifiesto personal de Goya; muchos observadores creen que Goya pretendía representarse a sí mismo dormido entre sus útiles de dibujo, con la razón embotada por el sueño, acosado por criaturas que merodean en la oscuridad. Las criaturas que aparecen en esta obra se asocian a menudo en la tradición popular española con el misterio y el mal; los búhos que rodean a Goya pueden ser símbolos de la locura, y los murciélagos que pululan pueden simbolizar la ignorancia. El título de la estampa, tal y como se indica en el anverso del escritorio, suele leerse como una proclamación de la adhesión de Goya a los valores de la Ilustración: sin la razón, el mal y la corrupción prevalecen[5] Goya también incluyó un pie de foto para esta estampa que puede sugerir una interpretación ligeramente diferente: “La imaginación abandonada por la razón produce monstruos imposibles; unida a ella, es la madre de las artes y fuente de sus maravillas”. Esto implica que Goya creía que nunca se debía renunciar completamente a la imaginación en favor de lo estrictamente racional, ya que la imaginación (en combinación con la razón) es lo que produce las obras de innovación artística[2].

los caprichos

El pintor y artista gráfico español Francisco José de Goya (1746-1828) es, sin duda, uno de los artistas más importantes del cambio del siglo XVIII al XIX. Sus obras sentaron nuevas bases para todo el mundo artístico europeo posterior y aún hoy fascinan al público del arte. Durante su estancia en la corte española a partir de 1786, Goya realizó varios retratos de nobles por encargo. Sin embargo, en su serie de aguafuertes, los llamados “Caprichos”, muestra arquetipos que pueden relacionarse con toda la sociedad. Pero tanto esas figuras como las situaciones representadas son sólo “normales” a primera vista. Con sus motivos satíricos, Goya rasca la superficie del hombre y muestra sus vicios ocultos.

Este ensayo se centra en el más importante de los Caprichos, la lámina 43, y su declaración programática “El sueño de la razón produce monstruos”. El ensayo va a discutir la forma en que la declaración se ilustra en el ciclo, su estructura y dentro de las imágenes individuales.

El 6 de febrero de 1799, Goya promociona sus Caprichos en un periódico[1]. En este anuncio formula su objetivo de que el ciclo sea, como escribe Fred Licht, “didáctico y moralizante”[2]. Goya se propone ilustrar “las innumerables debilidades y locuras que se encuentran en cualquier sociedad civilizada”[3], para mostrar “los prejuicios comunes y las prácticas engañosas que la costumbre, la ignorancia o el interés propio han hecho habituales”[4], y que en su opinión son las más aplicables tanto para la sátira como para el estímulo de su propia imaginación artística. Como los Caprichos no eran obras de encargo, Goya tenía vía libre en cuanto a la técnica y el tema[5].