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Que es la astenia primaveral
fiebre primaveral
El letargo primaveral se refiere a un estado de fatiga, disminución de la energía o depresión asociado al inicio de la primavera. Este estado puede estar causado por una reacción normal a las temperaturas más cálidas, o puede tener una base médica, como las alergias o el trastorno afectivo estacional “inverso”[1] En muchas regiones, hay un pico primaveral en las tasas de suicidio.
También influyen factores psicológicos y socioculturales[2] Los primeros versos del clásico poema de Eliot expresan algunas de las complejas asociaciones emocionales que pueden resultar familiares a quienes experimentan estados de ánimo oscuros en primavera:[3].
En ocasiones, este letargo o depresión puede describirse como “fiebre primaveral”, aunque este término suele relacionarse con un aumento de la energía y la inquietud o con sentimientos románticos y sexuales en primavera.
En el hemisferio norte, los síntomas suelen aparecer desde mediados de marzo hasta mediados de abril y, dependiendo de la persona, pueden ser más o menos pronunciados. El cansancio (a pesar de haber dormido lo suficiente), la sensibilidad a los cambios de tiempo, los mareos, la irritabilidad, los dolores de cabeza y, a veces, los dolores articulares y la falta de impulso son los más comunes.
el fracaso de la astenia primaveral
Por mucho que nos gusten las cálidas temperaturas que trae consigo la primavera, algo que no siempre podemos evitar es la “astenia primaveral”. Por muy real que sea, esta condición médica se define como un estado constante de agotamiento y fatiga provocado por el cambio de estación. Junto con la fatiga, la astenia también puede ir acompañada de estados de melancolía o, en algunos casos, de depresión leve.
Según los médicos, la astenia estacional suele afectar a las mujeres y puede estar causada por el hecho de que nuestro cuerpo es incapaz de adaptarse a un nuevo entorno. Además, la astenia también puede deberse a cambios hormonales y a una mala elección de la dieta, que carece de las vitaminas y minerales que necesitamos.
Aunque puede confundirse fácilmente con la depresión, la astenia estacional tiene sus propios síntomas específicos que pueden ayudarnos a identificarla y prevenirla. Según los médicos, uno de los primeros signos de esta enfermedad es la pérdida de interés por las actividades cotidianas. Otros síntomas que pueden amenazar nuestro día a día son:
La forma más fácil de influir en la astenia primaveral es nuestro plan de alimentación, que debe incluir alimentos ricos en vitamina C y E, magnesio, hierro y calcio. Por tanto, una dieta primaveral debe incluir frutas y verduras crudas, frutos secos como cacahuetes o almendras, pescado y marisco, así como una dosis equilibrada de productos lácteos.
wikipedia
Llega la primavera y el cielo azul forma parte del patrón de temperaturas más cálidas y de la fragancia de la naturaleza que despierta. Sin embargo, algunas personas en lugar de florecer en este ambiente ven disminuir su energía, rendimiento y bienestar.
Basándonos en la misma fuente, sabemos que entre la población son principalmente las mujeres de entre 35 y 50 años las que sufren la fatiga primaveral. Además, hay quienes sufren alergias. También se ven afectados los trabajadores autónomos (40%) y los estudiantes (23%).
Andrea Calderón, nutricionista de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), afirma en Infosalus que “la fatiga se caracteriza por un estado de debilidad y lasitud que conlleva una incapacidad para realizar las actividades rutinarias y una disminución del apetito”.
La fatiga primaveral, también llamada astenia, no es una enfermedad, sino simplemente un trastorno temporal que requiere, más que atención médica, una mejora de los hábitos. Normalmente dura entre 10 y 20 días, el tiempo que el cuerpo tarda en adaptarse a la nueva condición. Si los síntomas se prolongan más de un mes, puede deberse a otro tipo de problema, como una alergia o una anemia.
fiebre primaveral
¿Somnolencia al comienzo de la primavera? Aunque pueda parecer contradictorio que uno se sienta fatigado justo en el momento en que el sol sale más temprano, los pájaros trinan y el mundo se despierta del invierno, el letargo primaveral es algo sorprendentemente común.
El letargo primaveral es el nombre común de una afección llamada astenia primaveral, una forma de trastorno afectivo estacional en la que los cambios estacionales provocan cambios fisiológicos en nuestro cuerpo. Sin embargo, a diferencia de la “fiebre primaveral”, en la que el cambio de estación llena a la gente de energía y entusiasmo extra, las personas que experimentan letargo primaveral se encuentran inusualmente aturdidas e incluso deprimidas, sintiéndose más como si debieran hibernar que plantar un ramo de flores de primavera y repintar su casa. La buena noticia, afortunadamente, es que no es motivo de gran preocupación, no requiere medicación y sólo dura un par de semanas como máximo.
Aunque la astenia del sueño no es nada preocupante, sigue siendo temporalmente debilitante y bastante molesta. Nadie quiere que el bajón de la tarde dure todo el día. Por suerte, hay formas sencillas de minimizar el cansancio y animar a tu cuerpo a adaptarse plenamente al nuevo ritmo.