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Stalin el imperio del mal
malenkov
Durante 30 años, José Stalin, “el hombre de acero”, dominó sin piedad la Unión Soviética. Nacido en la pobreza en los márgenes del Imperio ruso zarista, se convirtió en un gángster y luego en un revolucionario. Su búsqueda del poder absoluto transformó su nación, pero a un coste brutal. Sus herramientas para avanzar fueron el hambre, la esclavitud y la ejecución: tantos millones de personas murieron para asegurar su poder que puede ser acusado de genocidio. Se convirtió en un Dios comunista y condenó a su pueblo a vivir con miedo durante décadas.
posibles sucesores de stalin
La Unión Soviética es comúnmente citada como “totalitaria”. Pero, ¿hasta qué punto era totalitaria la Unión Soviética? ¿La moderna Federación Rusa? En Georgia existe un debate permanente sobre el pasado soviético, el papel de Stalin en la historia de Georgia, la importancia del legado soviético en la configuración del discurso nacionalista tras la independencia, etc. En las instituciones académicas y universidades georgianas se celebran diversas mesas redondas y conferencias que reflexionan sobre los contextos históricos, políticos y sociológicos de la ocupación soviética. A nivel discursivo, se da por sentado que el “Imperio del Mal” era realmente totalitario, brutalmente represivo, omnipresente y terrorífico. El término “totalitario” engloba una multitud de conceptos que intentaremos discutir desde una perspectiva histórica, poniendo a prueba el grado de aplicabilidad y relevancia de este término en la Rusia actual.
leonid brezhnev
En 1921, el año antes de fundar la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Vladimir Lenin desafió a sus compañeros bolcheviques con una pregunta retórica: “¿Quién adelanta a quién?” José Stalin prefería una versión más cruda: “¿Quién-quién?” Ambos veían la política como una competición mortal en la que el ganador se lo lleva todo: la guerra por otros medios.
Lo mismo piensa Vladimir Putin. Recuerda con amargura los últimos años de la década de los ochenta y los noventa. Considera que el tumulto de ese periodo no sólo fue el colapso de la Unión Soviética y una victoria para sus enemigos en Occidente, sino un golpe devastador para algo mucho más valioso, venerable y duradero: el Estado ruso. Bajo su régimen se cierne otra pregunta familiar: “¿Quién tiene la culpa?”.
A los ojos de Putin, la mayor responsabilidad recae en el último líder de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, que fue el principal impulsor de lo que Putin ha llamado “la mayor catástrofe geopolítica” del siglo XX. Sin embargo, en lugar de denunciar o castigar a Gorbachov, Putin lo ha tratado con una condescendencia apenas disimulada. Durante años, Gorbachov viajó al extranjero para aceptar honores y honorarios, sabiendo que, en su país, las masas de sus conciudadanos le despreciaban. En 1996, se presentó a las elecciones presidenciales y obtuvo la mitad de los votos.
mijail gorbachov
La Unión Soviética es comúnmente citada como “totalitaria”. Pero, ¿hasta qué punto era totalitaria la Unión Soviética? ¿La moderna Federación Rusa? En Georgia existe un debate permanente sobre el pasado soviético, el papel de Stalin en la historia de Georgia, la importancia del legado soviético en la configuración del discurso nacionalista tras la independencia, etc. En las instituciones académicas y universidades georgianas se celebran diversas mesas redondas y conferencias que reflexionan sobre los contextos históricos, políticos y sociológicos de la ocupación soviética. A nivel discursivo, se da por sentado que el “Imperio del Mal” era realmente totalitario, brutalmente represivo, omnipresente y terrorífico. El término “totalitario” engloba una multitud de conceptos que intentaremos discutir desde una perspectiva histórica, poniendo a prueba el grado de aplicabilidad y relevancia de este término en la Rusia actual.