Del higado o relativo a el

término médico relativo al hígado

Hasta ahora ha sido necesario excluir otras enfermedades hepáticas crónicas, incluido el consumo “excesivo” de alcohol, para establecer el diagnóstico de la enfermedad del hígado graso asociada a la disfunción metabólica (HGDM). Sin embargo, dado nuestro conocimiento actual de la patogénesis de la MAFLD y su creciente prevalencia, se requieren “criterios positivos” para diagnosticar la enfermedad. En este trabajo, un panel de expertos internacionales de 22 países propone una nueva definición para el diagnóstico de la EHGM que es a la vez exhaustiva y sencilla, y es independiente de otras enfermedades hepáticas. Los criterios se basan en la evidencia de esteatosis hepática, además de uno de los tres criterios siguientes, a saber, sobrepeso/obesidad, presencia de diabetes mellitus de tipo 2 o evidencia de desregulación metabólica. Proponemos que la evaluación de la enfermedad y la estratificación de la gravedad vayan más allá de una simple clasificación dicotómica de esteatohepatitis frente a no esteatohepatitis. El grupo también sugiere un conjunto de criterios para definir la cirrosis asociada a la MAFLD y propone un marco conceptual para considerar otras causas de la enfermedad del hígado graso. Por último, aclaramos la distinción entre los criterios de diagnóstico y los criterios de inclusión para los estudios de investigación y los ensayos clínicos. Alcanzar un consenso sobre los criterios de la MAFLD ayudará a unificar la terminología (por ejemplo, para la codificación de la CIE), a aumentar la legitimidad de la práctica clínica y de los ensayos clínicos, a mejorar la atención clínica y a hacer avanzar el campo clínico y científico de la investigación hepática.

hepática

La enfermedad hepática relacionada con el alcohol, como su nombre indica, está causada por el consumo excesivo de alcohol y es una enfermedad común, pero prevenible. Para la mayoría de las personas, el consumo moderado de alcohol no conduce a la enfermedad. Hay tres tipos principales de enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol:

El hígado graso, también llamado esteatosis, es la etapa más temprana de la enfermedad hepática relacionada con el alcohol y el trastorno hepático más común relacionado con el alcohol. Se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa en el interior de las células hepáticas, lo que dificulta el funcionamiento del hígado. Por lo general, no hay síntomas, aunque el hígado puede estar agrandado y se pueden experimentar molestias en la parte superior del abdomen en el lado derecho. El hígado graso aparece bastante pronto en casi todas las personas que beben mucho. La afección suele desaparecer si se deja de beber.

La hepatitis alcohólica es una inflamación, o hinchazón, del hígado acompañada de la destrucción de las células hepáticas. Hasta el 35% de los bebedores empedernidos desarrollan hepatitis alcohólica, que puede ser leve o grave. Los síntomas pueden incluir fiebre, ictericia, náuseas, vómitos, dolor abdominal y sensibilidad. En su forma leve, la hepatitis alcohólica puede durar años y causar un daño hepático progresivo, aunque el daño puede ser reversible con el tiempo si se deja de beber. En su forma grave y aguda, la enfermedad puede aparecer de forma repentina -por ejemplo, tras una borrachera- y puede provocar rápidamente complicaciones potencialmente mortales.

crucigrama de la secreción de las abejas

La fibrosis quística (FQ) puede provocar la obstrucción de pequeños conductos en el hígado, lo que lleva a una enfermedad hepática relacionada con la FQ. Aunque esto sólo ocurre en alrededor del ocho por ciento de las personas con FQ, y a veces puede tratarse con fármacos, es un riesgo grave para la salud y puede requerir un trasplante de hígado.

En los últimos años se ha observado un aumento de la prevalencia de la enfermedad hepática relacionada con la FQ, aunque lo más probable es que esto se deba a que las personas con FQ se someten ahora a pruebas de detección de enfermedades hepáticas desde una edad temprana.

La enfermedad hepática en las personas con FQ puede estar relacionada con problemas en el drenaje de la bilis del hígado a través de los conductos biliares y la vesícula biliar, o con la cicatrización del hígado, lo que se conoce como fibrosis y cirrosis.

La fibrosis quística provoca problemas en la secreción y el funcionamiento normales de la bilis debido a que las células no pueden transferir el cloro de forma eficaz. Esto significa que la bilis puede volverse pegajosa, causando irritación e inflamación en los conductos y pudiendo obstruir los conductos biliares mediante la formación de cálculos biliares.

En el hígado de las personas con fibrosis quística pueden aparecer cicatrices o fibrosis. En los casos graves, esto puede conducir a la cirrosis, que es una forma más grave de cicatrización que es irreversible y puede afectar al funcionamiento normal del hígado.

absolver la culpa

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La palabra catedral deriva, posiblemente a través del francés cathédrale, del latín ecclesia cathedralis y del latín cathedra (‘asiento’), y en última instancia del griego antiguo καθέδρα (kathédra), ‘asiento, banco’, de κατά (kata) ‘abajo’ y ἕδρα (hedra) ‘asiento, base, silla’.

La palabra hace referencia a la presencia y prominencia de la silla o trono del obispo o arzobispo, elevado por encima del clero y los laicos, y originalmente situado de cara a la congregación desde detrás del Altar Mayor. En el mundo antiguo, la silla, sobre un estrado elevado, era la marca distintiva de un maestro o retórico y, por tanto, simboliza el papel del obispo como maestro. Un trono elevado dentro de una sala basilical era también definitivo para un magistrado presidente de la Antigüedad Tardía; y así la cátedra simboliza también el papel del obispo en el gobierno de su diócesis.