Que pasa en el cerebro cuando tienes depresion

Cómo revertir los daños cerebrales de la depresión

Los neurocientíficos han seguido profundizando en la relación entre el cerebro y las enfermedades mentales para ofrecer esperanza a quienes las padecen. A nivel mundial, la depresión es el trastorno psiquiátrico más frecuente e incapacitante -afecta aproximadamente al 4,4% de la población- y la ansiedad es el segundo trastorno psiquiátrico más frecuente, según la Organización Mundial de la Salud. Se calcula que la depresión cuesta a las empresas 44.000 millones de dólares al año en pérdidas de productividad. Aproximadamente la mitad de los empleados con depresión no reciben tratamiento. La ansiedad en el lugar de trabajo afecta a unos 40 millones de estadounidenses, y las investigaciones demuestran que puede disminuir el rendimiento laboral. Uno de los peores resultados es el incumplimiento de los plazos. En un estudio, el 55% de los empleados encuestados dijeron que experimentaban ansiedad ante los plazos, lo que puede incluso contribuir a no cumplirlos. La coexistencia de la depresión y la ansiedad se ha relacionado con peores resultados de salud, síntomas más graves, un rendimiento laboral inadecuado y mayores niveles de pensamientos suicidas.

Un nuevo estudio de la Universidad Nacional de Australia examinó la coexistencia de la ansiedad y la depresión. Con el tiempo, el binomio tuvo un profundo efecto en las áreas cerebrales asociadas a la memoria y el procesamiento emocional (el hipocampo). El estudio, publicado en The Journal of Psychiatry and Neuroscience, observó a personas con depresión y ansiedad para conocer los efectos simultáneos de ambos trastornos en el cerebro. Los investigadores examinaron a 10.000 personas y descubrieron que las que sólo padecían depresión tenían volúmenes cerebrales más bajos, especialmente en el hipocampo. Según los autores del estudio, esto adquiere aún más relevancia en etapas posteriores de la vida, ya que un hipocampo más pequeño es un factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer y puede acelerar el desarrollo de la demencia. El segundo hallazgo reveló que cuando la ansiedad y la depresión se presentan juntas, no apareció ninguna contracción en el hipocampo, y la amígdala -la parte del cerebro vinculada a las emociones- aumentó de tamaño.

Qué es la depresión

La depresión es más que un simple trastorno del estado de ánimo. Es una condición psicológica que afecta a algo más que a la forma en que se siente. La depresión mayor, también conocida como depresión clínica, puede hacer que la actividad química del cerebro cambie, dando lugar a numerosos síntomas diferentes. Entonces, ¿cómo afecta exactamente la depresión al cerebro? Siga leyendo para descubrirlo.

La depresión clínica puede ser causada por cualquier cosa, desde desequilibrios químicos y hormonales hasta el estrés recurrente en la vida cotidiana. Las causas de la depresión pueden incluso llegar a la composición de su genética. Independientemente de la causa, la mayoría de las personas no pueden controlar la aparición de la depresión.

La depresión es un círculo vicioso. Los síntomas suelen afectar a las actividades de la vida diaria, lo que puede aumentar la intensidad de los síntomas de la depresión. El trastorno depresivo mayor (TDM) se diagnostica cuando los pacientes presentan más de 5 de los síntomas que se indican a continuación a diario durante más de dos semanas.

Gracias a los avances de la tecnología médica, los investigadores han podido rastrear las zonas exactas del cerebro que se ven afectadas por la depresión grave y, a su vez, las zonas que afectan a la depresión. Como resultado, los estudios muestran que las tres áreas más afectadas son el hipocampo, la amígdala y el córtex prefrontal.

Causas de la depresión

Hay varias teorías sobre las causas de la depresión. Lo más probable es que sea el resultado de una compleja interacción de factores individuales, pero una de las explicaciones más aceptadas cita la química anormal del cerebro.

A veces, las personas con depresión relacionan el trastorno con un factor específico, como un acontecimiento traumático en su vida. Sin embargo, no es infrecuente que las personas deprimidas estén confundidas sobre la causa. Incluso pueden sentir que no tienen “una razón” para estar deprimidos.

En estos casos, puede ser útil conocer las teorías sobre las causas de la depresión. He aquí un resumen de lo que se sabe (y lo que aún no se sabe) sobre cómo los desequilibrios químicos del cerebro pueden influir en la depresión.

Los investigadores han sugerido que para algunas personas, tener una cantidad insuficiente de ciertas sustancias en el cerebro (llamadas neurotransmisores) podría contribuir a la depresión. Restablecer el equilibrio de las sustancias químicas del cerebro podría ayudar a aliviar los síntomas, y ahí es donde entran en juego las diferentes clases de medicamentos antidepresivos.

Depresión por desequilibrio químico

A menudo se dice que la depresión es el resultado de un desequilibrio químico, pero esa forma de hablar no capta la complejidad de la enfermedad. Las investigaciones sugieren que la depresión no surge simplemente por tener demasiada o muy poca cantidad de ciertas sustancias químicas del cerebro. Más bien, hay muchas causas posibles de la depresión, como la regulación defectuosa del estado de ánimo por parte del cerebro, la vulnerabilidad genética, los acontecimientos vitales estresantes, los medicamentos y los problemas médicos. Se cree que varias de estas fuerzas interactúan para provocar la depresión.

Es cierto que hay sustancias químicas que intervienen en este proceso, pero no se trata simplemente de que una sustancia química esté demasiado baja y otra demasiado alta. Son muchas las sustancias químicas que intervienen, tanto dentro como fuera de las células nerviosas. Hay millones, incluso miles de millones, de reacciones químicas que conforman el sistema dinámico responsable de su estado de ánimo, sus percepciones y su forma de experimentar la vida.

Con este nivel de complejidad, se puede ver cómo dos personas pueden tener síntomas similares de depresión, pero el problema en el interior, y por lo tanto qué tratamientos funcionarán mejor, pueden ser totalmente diferentes.