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Que es un quiste de ovario simple
¿cómo se siente el dolor de un quiste ovárico?
CausaUn quiste ovárico funcional está causado por uno o varios cambios leves en la forma en que el ovario produce o libera un óvulo. Durante el ciclo menstrual mensual normal, puede desarrollarse uno de los dos tipos de quistes funcionales: El desarrollo de quistes funcionales también es común durante el tratamiento con clomifeno (como Clomid o Serophene) para la infertilidad. Estos quistes desaparecen una vez finalizado el tratamiento, aunque pueden tardar varios meses. No parecen poner en peligro el embarazo. Otros crecimientos ováricos Existen otros tipos de quistes ováricos y crecimientos causados por otras afecciones. Un crecimiento ovárico puede ser un tumor quístico no canceroso (benigno) o estar relacionado con la endometriosis o el cáncer. En algunos casos, lo que parece ser una masa ovárica en realidad está creciendo en el tejido pélvico cercano. Por eso es importante que se someta a exámenes pélvicos y que su médico diagnostique cuidadosamente cualquier quiste o crecimiento que se perciba en sus ovarios.
SíntomasLos quistes ováricos funcionales suelen ser inofensivos, no causan síntomas y desaparecen sin tratamiento. Los quistes ováricos suelen descubrirse durante un examen pélvico. Cuanto más grande sea el quiste ovárico, más probable será que cause síntomas. Cuando se producen síntomas, éstos pueden ser: Pueden aparecer síntomas más graves si el quiste se ha torcido (torsión), está sangrando o se ha roto. Acuda a su médico inmediatamente si tiene alguno de los siguientes síntomas de dolor, choque o sangrado: Hay muchas otras afecciones que provocan signos o síntomas de un quiste ovárico funcional. Por eso es importante que te revises cualquier síntoma pélvico inusual y que te hagas un examen pélvico.
Tratamiento sencillo de los quistes ováricos
Los quistes ováricos, también conocidos como masas ováricas o masas anexiales, se encuentran frecuentemente de forma incidental en mujeres asintomáticas. Los quistes ováricos pueden ser fisiológicos (relacionados con la ovulación) o neoplásicos y pueden ser benignos, limítrofes (bajo potencial de malignidad) o malignos. Los quistes ováricos se encuentran a veces en el curso de la evaluación de las mujeres por dolor pélvico, aunque los quistes pueden ser o no la causa del dolor.
Las estimaciones de la prevalencia de los quistes ováricos varían mucho, y la mayoría de los autores informan de que entre el 8% y el 18% de las mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas tienen quistes ováricos. La mayoría de los quistes posmenopáusicos persisten durante años.1
En Estados Unidos, aproximadamente entre el 5% y el 10% de las mujeres se someten a una exploración quirúrgica por quistes ováricos a lo largo de su vida, aunque sólo entre el 13% y el 21% de estos quistes son malignos.2 La evaluación prequirúrgica de los quistes ováricos es fundamental para evitar una intervención quirúrgica innecesaria y, al mismo tiempo, detectar una posible malignidad.
Para la gran mayoría de las mujeres, los quistes ováricos no son lesiones precancerosas y no aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer de ovario en el futuro. La extirpación de quistes benignos no disminuye la mortalidad futura por cáncer de ovario.1,3-5
¿qué causa los quistes ováricos?
Los quistes ováricos son sacos llenos de líquido dentro del ovario[1]. A menudo no causan ningún síntoma[1]. Ocasionalmente, pueden producir hinchazón, dolor abdominal bajo o dolor de espalda baja[1]. La mayoría de los quistes son inofensivos[1]. Si el quiste se rompe o provoca una torsión del ovario, puede causar un dolor intenso[1] que puede provocar vómitos o sensación de desmayo[1] e incluso causar dolores de cabeza.
La mayoría de los quistes ováricos están relacionados con la ovulación, ya que son quistes foliculares o quistes del cuerpo lúteo[1]. Otros tipos son los quistes debidos a la endometriosis, los quistes dermoides y los cistadenomas[1]. En el síndrome de ovario poliquístico (SOP) se producen muchos quistes pequeños en ambos ovarios. [La enfermedad inflamatoria pélvica también puede dar lugar a quistes[1]. En raras ocasiones, los quistes pueden ser una forma de cáncer de ovario[1]. El diagnóstico se realiza mediante un examen pélvico con una ecografía u otras pruebas para obtener más detalles[1].
A menudo, los quistes se observan simplemente con el paso del tiempo[1]. Si causan dolor, se pueden utilizar medicamentos como el paracetamol (acetaminofeno) o el ibuprofeno[1]. Se pueden utilizar métodos anticonceptivos hormonales para prevenir nuevos quistes en las mujeres que los padecen con frecuencia[1]. Sin embargo, las pruebas no apoyan los métodos anticonceptivos como tratamiento de los quistes actuales[2]. Si no desaparecen después de varios meses, aumentan de tamaño, tienen un aspecto inusual o causan dolor, se pueden extirpar mediante cirugía[1].
Qué tamaño de quiste ovárico es peligroso
Los quistes ováricos son sacos llenos de líquido en el ovario. Son frecuentes y suelen formarse durante la ovulación. La ovulación se produce cuando el ovario libera un óvulo cada mes. Muchas mujeres con quistes ováricos no presentan síntomas. Los quistes suelen ser inofensivos.
Los quistes malignos (cancerosos) son raros. Son más frecuentes en las mujeres mayores. Los quistes cancerosos son cáncer de ovario. Por este motivo, los quistes ováricos deben ser revisados por su médico. La mayoría de los quistes ováricos no son cancerosos.
Los quistes ováricos son comunes en las mujeres con periodos regulares. De hecho, la mayoría de las mujeres fabrican al menos un quiste de folículo o de cuerpo lúteo cada mes. Es posible que no se dé cuenta de que tiene un quiste a menos que haya un problema que haga que el quiste crezca o si se forman múltiples quistes. Aproximadamente el 8% de las mujeres premenopáusicas desarrollan quistes grandes que necesitan tratamiento.1
A cualquier edad, acuda a su médico si cree que tiene un quiste. Acuda también al médico si tiene síntomas como hinchazón, necesidad de orinar más a menudo, presión o dolor pélvico o sangrado vaginal anormal (inusual). Pueden ser signos de un quiste u otro problema grave.