Carta dirigida al medio ambiente

Informe sobre el medio ambiente

Desde los líderes políticos hasta los activistas de base, casi todo el mundo tiene una opinión sobre las cuestiones medioambientales. Aunque los puntos de vista pueden ser diferentes, es innegable que el medio ambiente nos afecta a todos. En esta guía, echamos un vistazo a temas candentes como el cambio climático, la contaminación y la biodiversidad, y te explicamos cómo puedes participar en el mantenimiento de un planeta sano.

Los problemas medioambientales se definen como los efectos perjudiciales para la Tierra y sus sistemas naturales debidos a la acción de los seres humanos. Aunque el cambio climático también puede producirse por causas naturales, el comportamiento humano ha provocado un aumento de las emisiones de efecto invernadero. Aunque el cambio climático se discute con frecuencia ahora, ha estado ocurriendo desde la Revolución Industrial.

El cambio climático afecta a todo el mundo y sus ramificaciones son visibles por la variación de las temperaturas y el aumento de las catástrofes naturales intensas. Contribuye a problemas aún más amplios, como la subida del nivel del mar y la pérdida de biodiversidad en nuestros sistemas alimentarios. Y lo que es más, es probable que los impactos negativos afecten a quienes ya son más vulnerables.

Lista de medio ambiente

Esta es nuestra carta abierta y nuestras exigencias a los líderes mundiales, firmada por miles de activistas, científicos, representantes de la sociedad civil y personas influyentes. Seguiremos recogiendo firmas e invitamos a todos a firmar y compartir.

Entendemos y sabemos muy bien que el mundo es complicado y que lo que pedimos puede no ser fácil. Los cambios necesarios para salvaguardar la humanidad pueden parecer muy poco realistas. Pero es mucho más irreal creer que nuestra sociedad sería capaz de sobrevivir al calentamiento global al que nos dirigimos, así como a otras consecuencias ecológicas desastrosas del actual modo de actuar.

Ahora está más claro que nunca que la crisis climática no ha sido tratada ni una sola vez como una crisis, ni por los políticos, ni por los medios de comunicación, ni por las empresas, ni por las finanzas. Y cuanto más tiempo sigamos fingiendo que estamos en un camino fiable para reducir las emisiones y que las acciones necesarias para evitar un desastre climático están disponibles dentro del sistema actual -o, para el caso, que podemos resolver una crisis sin tratarla como tal-, más tiempo precioso perderemos.

Carta medioambiental al gobierno

Escribo para expresar mi opinión sobre cómo el gobierno y la sociedad civil deben unir sus esfuerzos para hacer frente a los problemas medioambientales. La contaminación y el calentamiento global son temas tan enormes que no pueden ser abordados únicamente por el gobierno.El público debe ser el segundo frente en la lucha contra el cambio climático y la contaminación del medio ambiente.

Ya tenemos organismos públicos de control como Greenpeace y Amigos de la Tierra, que actúan a escala internacional. Lo que me preocupa es que faltan grupos públicos a nivel local. Los consumidores piden a gritos un liderazgo. Las organizaciones medioambientales locales son especialmente necesarias para concienciar al público en general de las opciones ecológicas disponibles. No se trata sólo de reciclar los residuos domésticos, sino también de apoyar a las empresas “verdes”. Por ejemplo, no todos los hogares de mi zona conocen la opción de comprar “energía verde” a una empresa eléctrica. Informar a los consumidores de estas opciones podría ser uno de los objetivos de los grupos locales. Además, hay que animar a los particulares a ahorrar electricidad comprando bombillas y aparatos eléctricos de bajo consumo.

Aviso medioambiental

1. “LAUDATO SI’, mi’ Signore” – “Alabado seas, mi Señor”. En las palabras de este hermoso cántico, San Francisco de Asís nos recuerda que nuestra casa común es como una hermana con la que compartimos nuestra vida y una hermosa madre que abre sus brazos para abrazarnos. “Alabado seas, Señor mío, por medio de nuestra hermana, la Madre Tierra, que nos sostiene y gobierna, y que produce diversos frutos con flores y hierbas de colores”[1].

2. Esta hermana nos grita ahora por el daño que le hemos infligido con nuestro uso y abuso irresponsable de los bienes con los que Dios la ha dotado. Hemos llegado a considerarnos sus amos y señores, con derecho a saquearla a voluntad. La violencia presente en nuestros corazones, heridos por el pecado, se refleja también en los síntomas de enfermedad que se manifiestan en el suelo, en el agua, en el aire y en todas las formas de vida. Por eso, la propia tierra, agobiada y asolada, se encuentra entre los más abandonados y maltratados de nuestros pobres; “gime con dolores de parto” (Rm 8,22). Hemos olvidado que nosotros mismos somos polvo de la tierra (cf. Gn 2,7); nuestros propios cuerpos están formados por sus elementos, respiramos su aire y recibimos vida y refresco de sus aguas.