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Asesino de pablo escobar
Jhon jairo velásquez vásquez
Jhon Jairo Velásquez Vásquez (15 de abril de 1962 – 6 de febrero de 2020), también conocido por el alias de “Popeye” o “JJ”, fue un sicario colombiano[1] que formó parte de la estructura criminal del Cartel de Medellín hasta su entrega a la justicia colombiana en 1992. Dentro de esta estructura decía ser un teniente que comandaba a la mitad de los sicarios[2].
Jhon Jairo Velásquez Vásquez nació en el municipio de Yarumal, Antioquia, Colombia. [cita requerida] Fue admitido en el Ejército Nacional de Colombia; posteriormente ingresó a la escuela de cadetes de la policía nacional, para salir días después, teniendo escuela de aprendices de la Armada Colombiana donde se ganó su distintivo apodo de “Popeye” por su parecido físico con el personaje, el cual sería eliminado posteriormente por medio de una cirugía plástica.[3] Velásquez se fugó de la cárcel en una ocasión y posteriormente fue capturado y cumplió la condena[4].
Velásquez fue identificado como uno de los principales sicarios del cartel de Medellín. Confesó 257 asesinatos personales, el secuestro del entonces candidato a la alcaldía de Bogotá, Andrés Pastrana Arango (que luego se convertiría en Presidente de la República), el secuestro de Francisco Santos (que luego se convertiría en vicepresidente), el secuestro y asesinato del político colombiano Carlos Mauro Hoyos, complicidad en el asesinato del gobernador de Antioquia, Antonio Roldán Betancur, en una misión fallida encomendada a Velásquez y John Jairo Arias Tascón, alias “Pinina”, para matar a un coronel de la policía, y el asesinato del político y candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento. [5] También admitió haber organizado más de 3.000 asesinatos[6]. Además, ayudó a colocar el avión bomba que mató a 110 personas[4].
Wikipedia
Está previsto que se enfrente a un juicio, pero el caso se ha tenido que retrasar después de que al asesino se le diagnosticara un cáncer de estómago y estuviera hospitalizado. Apodado Popeye, Velásquez fue el cerebro de los famosos coches bomba de Escobar durante la guerra de su cártel de la droga contra sus rivales y el Estado colombiano. Velásquez también fue responsable de algunos secuestros de alto nivel, como el del fiscal general Carlos Mauro Hoyos en enero de 1988. Más tarde confesó haber matado a Hoyos después de su secuestro. También secuestró al candidato a la alcaldía de Bogotá Andrés Pastrana, que sobreviviría a la prueba y se convertiría en el 57º presidente de Colombia, en el cargo desde 1998 hasta 2002.
“Encontré a mis amigos con las rodillas, los dientes y el cerebro perforados. “Así que empezamos a hacer lo mismo, y más, en esas condiciones de guerra porque hay que tener esa mentalidad para sobrevivir. Era fácil matar. Tenía que trabajar, no era un problema”. Velásquez tenía sólo 17 años y había abandonado la escuela de policía colombiana cuando conoció a Escobar, al que describió como “un dios”. Añadió: “Tenía una presencia enorme, como un aura a su alrededor”. “Tenía un magnetismo increíble, pero era exageradamente sencillo. El día que miré a Pablo Escobar a los ojos supe que moriría por él si fuera necesario”. “A pesar de cómo se le retrata en la película, era un hombre muy tranquilo, un amigo y una figura paternal.
Pablo escobar
El estudiante universitario Víctor Fonseca dijo en las redes sociales: “Espero que Popeye no haya muerto de cáncer sino que el dolor físico lo haya matado, ojalá de la manera más insoportable posible, y que donde esté haya vida después de la muerte y sufra más de lo que cualquiera pueda imaginar”.
El bogotano Nicolás Mateo, criticando la forma en que Popeye se convirtió en una figura de culto con su propio canal de YouTube que tenía un millón de seguidores, añadió: “Popeye representaba el cáncer de Colombia. No sé cómo hay gente que puede entristecerse por la muerte de un asesino y tratarlo como un ídolo”.
Pero el diseñador David Camacho insistió: “Popeye puede haber sido un sicario y haber matado a mucha gente y haber hecho mucho daño a este país, pero el cáncer no es un karma ni la gente debe regodearse con la muerte de alguien”.
Dinero de pablo escobar
El estudiante universitario Víctor Fonseca dijo en las redes sociales: “Espero que Popeye no haya muerto de cáncer sino que el dolor físico lo haya matado, ojalá de la manera más insoportable posible, y que donde esté haya vida después de la muerte y sufra más de lo que cualquiera pueda imaginar”.
El bogotano Nicolás Mateo, criticando la forma en que Popeye se convirtió en una figura de culto con su propio canal de YouTube que tenía un millón de seguidores, añadió: “Popeye representaba el cáncer de Colombia. No sé cómo hay gente que puede entristecerse por la muerte de un asesino y tratarlo como un ídolo”.
Pero el diseñador David Camacho insistió: “Popeye puede haber sido un sicario y haber matado a mucha gente y haber hecho mucho daño a este país, pero el cáncer no es un karma ni la gente debe regodearse con la muerte de alguien”.