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Las meninas de velazquez imagen
Las meninas velázquez
Las Meninas o La Familia Real es uno de los grandes cuadros problemáticos de la historia del arte. Se han propuesto un número casi infinito de interpretaciones para la escena que muestra. Sin embargo, a primera vista, Las Meninas parece no presentar ningún problema, y de hecho parece perfectamente sencillo en su sobria geometría y en su claridad de buen humor.
Velázquez está de pie con el pincel y la paleta delante de un lienzo alto, del que sólo podemos ver la parte trasera. En la pared del fondo de la sala hay unos grandes cuadros colgados. Dos de ellos fueron pintados por el yerno de Velázquez, Mazo, a partir de modelos de Rubens, y muestran escenas de las Metamorfosis de Ovidio, una de ellas otra versión del castigo de Aracne. Los padres de la princesa, el rey y la reina, aparecen en un marco oscuro debajo de estos cuadros, probablemente el cristal de un espejo. A la derecha del espejo, en una escalinata que conduce a una puerta y a una sala contigua muy iluminada, se encuentra José Nieto, el mariscal de palacio de la reina.
Hay varias preguntas básicas que se han planteado una y otra vez sobre este cuadro. ¿Qué está pintando Velázquez en la parte delantera del lienzo que se nos oculta? ¿Dónde se situó para pintar la escena y a sí mismo en ella? ¿Cuál es el origen de la imagen en el espejo, es decir, en qué lugar de la habitación debía estar la pareja real para que apareciera su reflejo? Y, por último, ¿tiene algún significado el hecho de que la cruz roja de la Orden de Santiago aparezca de forma destacada en la ropa del artista?
Wikipedia
Las Meninas es un cuadro de 1656, conservado en el Museo del Prado de Madrid, obra de Diego Velázquez, el principal artista del Siglo de Oro español. Su compleja y enigmática composición plantea cuestiones sobre la realidad y la ilusión, y crea una relación incierta entre el espectador y las figuras representadas. Debido a estas complejidades, Las Meninas ha sido una de las obras más analizadas de la pintura occidental.
Según F. J. Sánchez Cantón, el cuadro representa la cámara principal del Alcázar Real de Madrid durante el reinado del rey Felipe IV de España, y presenta varias figuras, la mayoría identificables de la corte española, captadas, según algunos comentaristas, en un momento concreto como si se tratara de una instantánea[b][2] Algunas miran fuera del lienzo hacia el espectador, mientras que otras interactúan entre sí. La infanta Margarita Teresa, de 5 años, está rodeada por su séquito de damas de honor, carabina, guardaespaldas, dos enanos y un perro. Justo detrás de ellos, Velázquez se retrata trabajando en un gran lienzo. Velázquez mira hacia fuera, más allá del espacio pictórico, hacia donde se situaría un espectador del cuadro[3] En el fondo hay un espejo que refleja la parte superior de los cuerpos del rey y la reina. Parecen estar situados fuera del espacio pictórico en una posición similar a la del espectador, aunque algunos estudiosos han especulado que su imagen es un reflejo del cuadro en el que Velázquez aparece trabajando.
Significado del cuadro las meninas
Diego Velázquez, que vivió de 1599 a 1660, fue el pintor de la corte del rey Felipe IV de España. Desempeñó un papel esencial en la presentación de Felipe como líder poderoso. La posición de Velázquez le permitió alcanzar un nivel de reconocimiento nunca antes concedido a un pintor en España.
La gran obra maestra del artista, Las Meninas, traducida como “Las damas de honor”, fue pintada en 1656. Aunque en esta obra Velázquez sitúa a la princesa Margarita en el centro del escenario, el título se refiere a sus damas de compañía: sus “meninas”. El propio Velázquez aparece pintando y participando en la vida cotidiana de la corte. Un análisis cuidadoso del cuadro revela también cómo el artista lo utilizó para realzar su estatus social y la nobleza del arte de la pintura.
La disposición de las figuras en el primer plano crea una línea implícita. Esta línea rítmica guía el ojo del espectador a través del cuadro y presenta a los personajes. También crea variedad y movimiento en la composición. La estabilidad y la unidad se crean en el fondo mediante las estrictas líneas verticales y horizontales de los objetos enmarcados y la puerta.
Muchacha con un pendiente de perla
Las Meninas, un vertiginoso acertijo retiniano, juega al tira y afloja con nuestra mente. Por un lado, las líneas de perspectiva del lienzo convergen en un punto de fuga dentro de la puerta abierta, arrastrando nuestra mirada a través de la obra. Por otro lado, el resplandor del espejo hace que nuestra atención vuelva a salir del cuadro para reflexionar sobre la posición plausible de los espectros reales cuyos vagos rostros rondan la obra. Nos vemos constantemente arrastrados dentro y fuera del cuadro, ya que el aquí y ahora de la cámara sombría representada por Velázquez se convierte en una dimensión extrañamente elástica que es a la vez pasajera y eterna, un reino a la vez palpablemente real y misticamente imaginario.