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Iglesia san francisco el grande madrid
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El edificio se levantó en el solar que anteriormente ocupaba un primitivo convento franciscano (según la tradición fundado por el propio Francisco de Asís en 1217), demolido en su día por orden de Carlos III, que pretendía construir un nuevo convento desde cero[1].
Fue diseñado en estilo neoclásico en la segunda mitad del siglo XVIII, a partir de un diseño de Francisco Cabezas, desarrollado por Antonio Pló, y completado por Francesco Sabatini. La iglesia contiene pinturas de Zurbarán y Francisco Goya. Las paredes del templo fueron pintadas en el siglo XIX. El templo funcionó en su día como panteón nacional y albergó los restos de famosos artistas y políticos. Hoy es un importante punto turístico.
La cúpula tiene 33 metros de diámetro y 58 metros de altura; su forma es muy similar a la del Panteón, teniendo una forma más circular que las típicas cúpulas construidas en el siglo XVIII. Se dice que es la cuarta cúpula más grande de Europa después del Panteón, la Basílica de San Pedro y la catedral de Florencia[2].
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El rey Carlos III impulsó su construcción en 1760 (finalizada por Francesco Sabatini en 1784 y restaurada en 1880) en el emplazamiento de un convento franciscano supuestamente fundado por San Francisco de Asís en 1217. Las siete puertas principales son de nogal tallado, mientras que la sillería del coro, de estilo gótico y del siglo XVI, procede de la provincia de Segovia. Pero las partes más destacadas del edificio son las tres capillas contiguas a la iglesia circular.
Las pinturas de las capillas son de Zurbarán y Alonso Cano, entre otros, mientras que las esculturas de mármol son de Ricardo Bellver y Mariano Benlliure. Los frescos que cubren la cúpula y los techos fueron realizados en Alemania, al igual que las vidrieras.
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Situada a un paso del Palacio Real, la Basílica de San Francisco el Grande no está en el itinerario de la mayoría de los turistas. Debería estarlo. Incluso cuando los turistas la visitan, es para ver la Capilla de San Bernardo, donde cuelga un gran cuadro de Francisco de Goya y Lucientes (español, 1746-1828). La obra de Goya es digna de verse, pero no es lo más impresionante de la Basílica, cuyo emplazamiento fue elegido en 1214 nada menos que por Francisco de Asís (1182-1226). Se convirtió en el centro de la capital para los eventos religiosos reales y nacionales. Allí se celebraron varias bodas de los gobernantes borbónicos. Sin embargo, después de que las tropas francesas invasoras utilizaran la basílica como cuartel militar, el edificio cayó en desuso. (Tanto por el coste de la restauración como por su asociación con los franceses). Durante el último cuarto del siglo XIX, el gobierno español encargó a los mejores artistas y arquitectos nativos del país la restauración de la Basílica. (Por cierto, una basílica se diferencia de una catedral o iglesia en muchos aspectos. Por un lado, una catedral está dedicada a un santo en particular. Las basílicas están dedicadas a la Virgen. También representan diferentes jerarquías dentro de la Iglesia Católica. Un sacerdote dice la misa en una iglesia, un obispo en una catedral y el Papa en una basílica).
palacio real de madrid
Esta basílica monumental de estilo neoclásico, cercana al popular barrio de La Latina, destaca por la riqueza artística que alberga en su interior, con lienzos de Goya o Zurbarán, así como por su impresionante cúpula, la más grande de España y la cuarta de Europa, por detrás de la Basílica de San Pedro y el Panteón, ambos en Roma, y la Basílica de Santa María de la Flor, en Florencia.
Declarado Monumento Nacional en 1980, el templo se levanta, según la tradición, sobre el terreno que se ofreció a San Francisco de Asís tras su paso por Madrid en 1214 en su peregrinación a Santiago de Compostela. En este lugar se levantaron tres templos anteriores al actual, que data del siglo XVIII y que fue realizado por la Orden Franciscana. Entre 1776 y 1784 se terminó su construcción bajo la dirección de Francisco Sabatini.
