Viaje sin retorno a marte

misión de muestreo en marte

Mars One era una pequeña organización privada holandesa que recibió dinero de inversores afirmando que lo utilizaría para aterrizar a los primeros humanos en Marte y dejarlos allí para establecer una colonia humana permanente[1][2][3] Desde su anuncio en 2012 hasta su quiebra a principios de 2019, se estima que recibió decenas de millones de dólares[4] La organización no era una empresa aeroespacial y no fabricaba hardware[5].

Mars One estaba formada por dos entidades: la Fundación Mars One, sin ánimo de lucro, y la empresa con ánimo de lucro Mars One Ventures, que era el accionista mayoritario de la empresa con ánimo de lucro Interplanetary Media Group, que también gestionaba los derechos de emisión. La Fundación Mars One, con sede en los Países Bajos, gestionó el proyecto. La pequeña organización contaba con cuatro empleados[6] y pretendía obtener beneficios mediante la venta de medios de comunicación (documentales) sobre la selección de personal, la formación y la colonización[7]. Su director general, Bas Lansdorp, estimó que la primera misión costaría unos 6.000 millones de dólares en la década de 2010[7].

marte 1

Mars One fue una pequeña organización privada holandesa que recibió dinero de inversores afirmando que lo utilizaría para aterrizar a los primeros humanos en Marte y dejarlos allí para establecer una colonia humana permanente[1][2][3] Desde su anuncio en 2012 hasta su quiebra a principios de 2019, se estima que recibió decenas de millones de dólares[4] La organización no era una empresa aeroespacial y no fabricaba hardware[5].

Mars One estaba formada por dos entidades: la Fundación Mars One, sin ánimo de lucro, y la empresa con ánimo de lucro Mars One Ventures, que era el accionista mayoritario de la empresa con ánimo de lucro Interplanetary Media Group, que también gestionaba los derechos de emisión. La Fundación Mars One, con sede en los Países Bajos, gestionó el proyecto. La pequeña organización contaba con cuatro empleados[6] y pretendía obtener beneficios mediante la venta de medios de comunicación (documentales) sobre la selección de personal, la formación y la colonización[7]. Su director general, Bas Lansdorp, estimó que la primera misión costaría unos 6.000 millones de dólares en la década de 2010[7].

viaje de ida a marte 2022

Hace cuatro años, no se podía pasar un día sin oír hablar de Mars One. Medios como The Washington Post, la BBC, la CNN, Fox News y muchos más se dejaron llevar por la promesa del proyecto de colonizar Marte, a pesar de que los científicos señalaban despiadadamente -y con regularidad- sus defectos. Ahora la falsa promesa ha terminado.

Según una notificación del Tribunal Civil de la ciudad de Basilea, en Suiza, recogida por el periódico suizo Landbote y en Reddit, Mars One Ventures -una empresa británica comprada por una firma suiza en 2016 y una de las dos entidades detrás del proyecto- se ha declarado en quiebra a partir del 15 de enero de 2019, con menos de 25.000 dólares en sus cuentas. La empresa ya ha sido disuelta.

Lo cierto es que Mars One lleva un tiempo en silencio. Aparte de algún que otro comunicado de prensa aquí y allá, la organización y su fundador Bas Lansdorp no han dicho mucho en público en los últimos años, a pesar de que originalmente planeaban lanzar su primera misión robótica en 2020. Se esperaba que los lanzamientos con tripulación llegaran pronto.

Mars One apareció por primera vez en escena en 2012, con la propuesta inmediatamente sorprendente de enviar personas en un viaje de ida a Marte. Estos pioneros, enviados en misiones regulares, serían reabastecidos por misiones de carga desde la Tierra, y vivirían el resto de sus días en el Planeta Rojo.

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Mars One fue una pequeña organización privada holandesa que recibió dinero de inversores afirmando que lo utilizaría para aterrizar a los primeros humanos en Marte y dejarlos allí para establecer una colonia humana permanente[1][2][3] Desde su anuncio en 2012 hasta su quiebra a principios de 2019, se estima que recibió decenas de millones de dólares[4] La organización no era una empresa aeroespacial y no fabricaba hardware[5].

Mars One estaba formada por dos entidades: la Fundación Mars One, sin ánimo de lucro, y la empresa con ánimo de lucro Mars One Ventures, que era el accionista mayoritario de la empresa con ánimo de lucro Interplanetary Media Group, que también gestionaba los derechos de emisión. La Fundación Mars One, con sede en los Países Bajos, gestionó el proyecto. La pequeña organización contaba con cuatro empleados[6] y pretendía obtener beneficios mediante la venta de medios de comunicación (documentales) sobre la selección de personal, la formación y la colonización[7]. Su director general, Bas Lansdorp, estimó que la primera misión costaría unos 6.000 millones de dólares en la década de 2010[7].